jueves, 22 de diciembre de 2011

Idioteces IV

Idioteces IV. La noche de los pollos.

Como no me conformo con hacer una vida normal de estudiante en Sevilla, relleno mi vida con idioteces, como esta que me pasó hace un par de semanas.

Resulta pues, que me encontraba en Sevilla intentando instalar un nuevo programa de edición de video en mi mac. No encontraba el archivo para descargármelo y hablé con mi colega Nacho para ver si él lo tenia. Efectivamente lo tenía y me dijo que me acercara a su casa un momentito a recogerlo.
Un momentito.
Yo vivo junto al Hospital de la Macarena y él al final de Triana.
Un momentito.
De punta a punta de Sevilla en mi bicicleta. ¡Vamos campeón!, todo sea por el cine.

Una vez allí (y tras perderme un par de veces) conseguí encontrar su casa.
Primera idiotez: Subir la bici. NO CABE POR EL ASCENSOR. No pasa nada la subo a pulso hasta un séptimo. ¡Vamos Campeón!, todo sea por el cine.

Sudando como un pollo (ja!) llego a casa de mi colega y consigo (tras unos problemas informáticos sin importancia) que me pase el archivo deseado.

Quiero hacer algo por ellos (él y su compañero de piso, también muy buen amigo mío) a cambio del favor que me han hecho. ¡Eureka!
Tengo dinero, les invitaré a cenar, pensé yo.
Llamé a un telepollo, para que trajera un pollo a la casa. Perfecta, quedaré como un caballero, un galán, un señor... pensé yo.

Llaman al telefonillo. El repartidor de pollos. Abro mi cartera. Vacía. En total no reunía ni 3 euros.
Muerto de vergüenza se lo digo a mis compañeros.
El de los pollos se impacienta y sigue llamando (pobrecito).
No fuimos capaces de reunir 9 euros en toda la casa. Ni mirando debajo de los sofás, ni rebuscando, ni leches...
Y el de los pollos sigue llamando. Ahora a la puerta.
Madre mía... que marrón. Oficialmente, la he vuelto a liar.

Tras una espera, decidiendo qué hacer decidimos salir. Cuando salimos, el hombre de los pollos ya se había ido. Mis compañeros serán nombrados persona non grata de la pollería.

Después de cenar algo y a eso de las 12 de la noche, bajo la bicicleta (otra vez siete pisos) y llego a la calle, sí, SUDANDO COMO UN POLLO (ja!).

Me monto en la bici, y me vuelvo a perder. Pero solo un poco. Hallo el camino y tras recorrer 100 metros, noto algo raro.
Sí, señoras y señores, cuando todo va mal... puede ir peor. SE ME HA PINCHADO LA RUEDA DE ATRÁS.
En la otra punta de Sevilla y tengo que volverme andando y empujando la bicicleta...
¡VAMOS CAMPEÓN!, todo sea por el cine.
Tras una desastrosa noche, ese era mi único consuelo, poder instalar el ansiado programa de edición en mi ordenador... al menos habrá merecido la pena la aventura.
Iluso de mi.
Cuando voy a instalar el programa me dice que la Vram de mi ordenador es insuficiente y que no puedo (y nunca podré) instalar ese programa...
¡¿Vamos campeón?!

Hay.... Así vivo yo... al límite.

Y es que las bicis, los pollos, los ordenadores, la ciudad... todos ellos pueden dar muchos golpes... pero más golpes da la vida.

Alfredo García

martes, 3 de mayo de 2011

Idioteces III

Pues nada como no aprendo... sigo haciendo el idiota.

Resulta que estoy montando un trailer de un largo a unos compañeros de Jerez. Para ello dispongo de un guión que ellos mismo me hicieron llegar. También tengo que contar que les estoy montando un corto a esas mismas personas.

Pues bien, tras un profundo análisis del guión del trailer (mi prioridad pues aún del corto no tenía imágenes) me dispuse a montarlo. Cual fue mi sorpresa que entre las tomas preparadas para montar el trailer no encontré absolutamente nada de lo que venía en el guión. Un mal día pensé. Mañana lo veré mejor.
Pasó el día, y pasó una semana y yo seguía sin encontrar las imágenes. MENUDO MONTADOR DE MIERDA QUE PIERDE LAS TOMAS.... No me atreví a decírselo a nadie, haría el ridículo. Medité, y seguí calentándome la cabeza, revisando una y otra vez las tomas. Y nada, ninguna de las que aparecía en el guión estaban entre las que yo tenía capturadas en el ordenador. ¿QUÉ DEMONIOS? Eso no es normal ¿no?

Y entonces me vino el flash. Leí por primera vez bien el guión y me di cuenta de que en NEGRITA, MAYÚSCULA y TAMAÑO 22 estaba escrito: GUIÓN DEL CORTOMETRAJE - UN ENCUENTRO INSOSPECHADO - .

Y me vino el flash. ¿Puedo ser tan idiota? Si. Lo fui.

Y es que llevaba dos semanas intentando montar el trailer de un largo, siguiendo el guión de un corto que nada tenía que ver. Con razón no encontraba ninguna toma... ¬¬'
No pude hacer otra cosa que reírme.

En fin, mi consejo del día: LEED LAS COSAS ANTES DE PONEROS A TRABAJAR EN ELLAS. Imaginaos que en vez de un montador mamarrachero, hubiera sido un cirujano, e intento operar a alguien de vesícula siguiendo un expediente de alguien que tiene problemas de corazón... desastre absoluto.

Y es que como ya supondréis, el cine da muchos golpes... pero más golpes de la vida...

Grandes relatos II: Mis aventuras en Francia

Amaneció otro día lluvioso en Francia. ¿Qué raro? Tras mirar con mala cara al gato de Vince desayunamos y nos fuimos a la estación de trenes a recibir al último español de los cinco que conformábamos el grupo. Alvaro, un tipo genial, del que solo podría decir cosas buenas.
Almorzamos en un burguer asqueroso un bocadillo de hamburguesa y patatas fritas (viva la alta cocina francesa ¬¬). Por la tarde, después de conocer la ciudad un poco, preparamos una tortilla de papas al más puro estilo español. Conocimos entonces a dos chicas, una Rumana y otra Polaca. Muy buena gente, sí, pero desde luego era imposible ser más Rumana y más Polaca que ellas.

Por la noche tuvimos la cena de las naciones en la que cada grupo de diferentes países llevaban comida y bebida típica de su región. Yo, como no pude llevar comida me llevé un cedé con Los Delinqüentes, Camarón, y Chano Lobato (olé).
Eramos, 5 españoles, 5 Lituanos, 3 Francesas, una Rumana y una Polaca. Aquello parecía un chiste. Tras presentar lo que traía cada país de comida empezó el festín.
Hombre, yo no es por presumir, pero las kitches francesas sobraron... las galletas lituanas sobraron... ahora, la tortilla de papas duró un cuarto de hora. La devoraron como pirañas.

Pero voy a redirigir mi relato ahora a otro momento. Cuando las francesas estaban presentado sus cosas, la encargada de hacerlo fue una chica de nombre Moïra H. Bueno, mejor solo diré su inicial de nombre y su apellido M. Huertas.
El caso es que yo siento cierta pulsión sexual hacia las francesas, eso es innegable. Y cuando escuché, "...y ahora la chica francesa va a presentar..." estiré el cuello. ¿Francesa? Me la pido. Pero hayyyyy, cuando la vi, algo no me cuadró, una alarma se activó en mi cabeza diciendome: MOIRA ES LESBIANA. ¿Por qué? No lo sé. Pura intuición, tal vez lo huela. Y desde entonces, no pude dejar de rayarme. Soy demasiado cotilla como para quedarme con la intriga.

ME PLANTEÉ EL RETO DE AVERIGUAR, SI MOIRA ERA LESBIANA O NO.

Bueno, pasado este momento empecé a hablar con gente que sentía curiosidad por el español. Me hablaban en un español super guiri y cuando no podían hablar más se cambiaban al inglés. Entendía algo, sí, y cuando dejaba de entender, no preocupaba. ¿Algún problema? No. En el momento en que no entendía nada me ponía a enseñarles a hablar andaluz. Si no entiendo su idioma, fácil, las pongo a hablar el mío. Y al final había cuatro o cinco personas a mi al rededor intentando decir: "Qué paha pare"... VIVA ANDALUCÍA

Bueno, pasó la segunda noche. Esta vez nos aseguramos de que George, el gato de Vince no entrara en el cuarto.

Al día siguiente nos llevaron de excursión por la costa francesa. Muy bonita, mucha playa, y ¿adivinan? mucha lluvia. ¿Qué raro no?
Estuve como todo el día intentando fijarme en algo que me hiciera confirmar mi teoría sobre Moira, no sé, como por ejemplo que se liara con otra chica. Eso me hubiera bastado la verdad.
Pero no.

Bueno así pasó el día del Domingo. Al día siguiente, empezaría el festival. Y todo empezaría a ir más o menos bien. ¿o no?

Recordad: Francia y las francesas dan muchos pero más golpes da la vida...

(CONTINUARÁ...)

martes, 15 de marzo de 2011

GRANES RELATOS: Mis aventuras en Francia I

Este gran relato sobre mis aventuras francesas tuvo lugar en Noviembre. Exactamente del 5 al 15 de Noviembre de 2010. Unas fechas que probablemente nunca olvidaré.
Mis aventuras en Francia comienzan en España.
Como esta parte es un poco coñazo la resumiré. Básicamente me tocó la lotería. Un colega mío estudiaba de Orgasmus en Brest (Francia) y se enteró sobre un rollo en Francia para estudiantes europeos... Me pagan el 70% del viaje, estoy diez días en Francia, me harto de ver cortos en el 25 festival de cortos europeos de Brest, no pago alojamiento, las comidas incluidas, conozco a gente guay y participio en un curso de montaje... ¿Qué más se puede pedir? Por supuesto, sé lo que estáis pensando, solo se puede pedir una cosa más... que una francesa se enamore de mi, o que no se enamore, tan solo que la cosa acabe en la cama... (¿Para eso se viaja por Europa no?)

Bien. A las 9 de la mañana tomo el avión que sale desde Sevilla a Beauvais. Lo tengo todo listo. La ruta: En Beauvais tomo un tren hasta la estación de París Nord, luego ando cinco kilómetros por medio de París hasta Paris Montparnase, y desde allí un último tren hasta Brest. Todo el día de viaje. Perfecto.

No llevo ni cinco minutos en la zona de embarque cuando ya escucho a la guardia civil pronunciar mi nombre por megafonía... empezamos bien. Resulta que idiota de mí, cuando me quité las cosas para pasar por el arco detector de metales me dejé allí una riñonera que tan solo contenía en su interior: Una tarjeta Master Card, unos 200 euros, el diccionario de Francés-Español, las gafas de vista de repuesto y el carnet de socio del Jerez Industrial... Nada importante... Gracias a Dios la Guardia Civil (esa especie de caballero Jedi español) encuentra el carnet del Jerez Industrial y me localiza... Por una vez en mi vida el Jerez Industrial me hace un grato favor.

Continuo en el avión. Empieza la feria ambulante de Ryanair. El carrito de ventas de productos varios: Desde una hamburguesa a un perfume francés. El Rasca y gana, cupones de lotería. ¿Alguien pilota el avión? Que más da, puedes ganar hasta 6 mil euros con los cupones.
El avión aterriza con más pena que gloria, ya que al tomar tierra se tropieza y el ala derecha se inclina un poco, casi como para tocar tierra e irnos todos al peo. Da igual, suena la musiquita de llegada y todo el mundo aplaude ¡VIVA RYANAIR!
Me bajo en Beauvais, lloviendo claro, estoy en Francia. Y tomo un autobús, el primero que pillo que me lleva directamente al centro de París. Lo sé, esa no era mi ruta prevista. Sin darme cuenta una hora después estoy en el centro de París con mi mochila, sin tener ni idea de donde estoy ni de como llegar a la estación de París Montparnase. ¿Me preocupo? Claro que no.

Pregunto a un amable señor que me indica que debo coger el metro. Me bajo al metro y encuentro un cartel enorme con las dos mil líneas de París (Cuan fácil es esto en Sevilla que solo hay una línea), y ningún cartel de: USTED ESTÁ AQUÍ, o como se diga en francés. Pues nada, a preguntar se ha dicho. Pregunto al dueño de un bar en el metro, que de nuevo amablemente me indica. YA SÉ LLEGAR.
Tomo el metro adecuado, y cuando veo las estaciones por las que paso, veo que me alejo de mi destino en vez de acercarme: Bien, he tomado el metro contrario. Ningún problema, muy seguro de mi mismo me bajo en la siguiente estación y tomo el metro contrario. ¿Algún problema? Ningún problema, tan solo quería hacer algo de turismo por el metro de París. Muy aseado y limpio el metro, de buena calidad y sillones con gomaespuma de la dura. Una maravilla.
Por fin llego a París Montparnase. Como un bocadillo y un refresco que me cuestan 7 pavos. Y pillo un tren para Brest. Cinco horas después sobre las 21:30 de la noche llego a mi destino Brest donde debiera de estar esperándome el chico francés que organiza aquello. Como en las películas americanas, la persona que debiera recogerme no aparece y mientras todo el mundo encuentra alguien a quien abrazar, yo me quedo solo en la estación. ¿Preocupado? ¿Por qué? Estoy en un país extranjero en la estación de trenes donde van a dormir los mendigos de Brest, sin nadie a quien conozca o con quien comunicarme en unos 1800 kilómetros a la redonda. ¿Preocupado? Ahora el guri soy yo. No hay ningún problema.

Una hora después allí está Vince, el chico francés al que esperaba. Me lleva a su casa y me comenta que unas horas más tarde llegarán otros tres españoles.
Entro en su casa. Probablemente la casa más desordenada del mundo libre. Había mierda para llenar tres plazas de toros. Y sin darme cuenta, veinte minutos después me cuela en la casa de una amiga suya en una fiesta con diez personas más. Todos franceses y algunas alemanas. ¿Me preocupo? No claro, yo no hablo ni francés ni alemán ¿Y qué? Soy español, que hablen español los demás. Y empiezo a hablar sobre política, deportes, música, y vinos con un chico francés en español chusquero. Hablo con todo el mundo, en medio inglés, y cuando no entiendo el inglés, no hay problema, les enseño a ellos a hablar en ANDALUZ y hablan en andaluz. A tomar por saco.

Después de varias copas de sidra bretona vamos a la estación a recoger a los otros tres españoles. Personas maravillosas, Nahuel, Cristina y Gonzalo.
Volvemos a la casa más desordenada del mundo libre. Yo dormiré en un sofá cama en un saco de dormir al lado de Nahuel. Bien, no hace una hora que nos conocemos y ya me ha visto en calzoncillos. ¿Algún problema? Nunca por favor.

Duermo apago la luz y a mitad de la noche George se monta encima de la cama y me despierta. No penséis mal, George es el gato de Vince. EL Gato más listo del mundo. Es como los velocirraptores de Jurassic Park: Sabe abrir puertas. Se ha colado y nos ha pegado el susto de la muerte. Lo echamos, y Nahuel inteligentemente coloca la mesita de noche bloqueando la puerta.
Por fin, me duermo, pensando: Joder, me he despertado a las 6 de la mañana en Sevilla. Y son las 3 de la madrugada en Brest. QUÉ PUTO DÍA MÁS LOCO.
Lo que me queda en Francia, si todo esto me ha pasado solo el primer día...

Francia da muchos golpes, pero más golpes da la vida.
CONTINUARÁ.....
Alfredo García

martes, 1 de marzo de 2011

Idioteces II (La versión Sevillana de ¡Jo, que noche!)

¡Jo que noche! es una película de Scorsrsse en la que el protagonista por diversos motivos no puede de ninguna manera volver a su casa, y durante toda la noche le van ocurriendo miles de anécdotas surrealistas.

Una vez contado esto, pueden empezar a imaginar lo que me pasó el pasado Jueves. Lo mismo, pero durante el día.
A las 8:30 tenía clase, pero como de costumbre me levanté tarde y llegué cuando las clases ya llevaban una hora empezadas. ¡Empezamos bien el día!. Todo mejora cuando me doy cuenta de que se me ha olvidado el móvil y las llaves del piso... dentro del piso. Me palpo los bolsillos y veo que tengo la cartera, al menos algo sale bien, con un billete de 50, lo que es muy poco práctico si se pretende coger un autobús urbano. Pero en fin, podría ser peor.
A las 10:30, acaba la clase y cuando me preparo para la siguiente asignatura, mis compañeros de clase me revelan que el profesor no viene... Se ha acabado el día de hoy.
¡Perfecto! Me levanto corriendo, me quedo encerrado fuera de casa, y todo para una asquerosa hora de clase... Pero en fin, podría ser peor.
Me voy andando hasta mi piso con la esperanza de que mis compañeros estuvieran allí. Cuando llego, no están. Son las 11:15 de la mañana, y no tengo donde ir. Perfecto, voy a hacer turismo por Sevilla.
Voy andando al Parque María Luisa, donde descanso un rato. Luego me acerco a la Plaza de España, donde da el sol y se está super a gusto. Me siento en el hueco de Ciudad Real, y me quedo dormido en medio de PLAZA ESPAÑA, con miles de turistas mirándome con cara de "pobrecito... es universitario"
Me despiertan unos guiris, y veo que es la hora de comer. Me dirijo al Mcdonald de Puerta de Jerez, y pido 1/4 de libra con queso. (Bien, ya tengo cambio para el autobús). Subo a los salones, y me siente solo en una mesita en una esquinita. El único que come sólo. De hecho, el único español en todo el puñetero Mcdonald. Los demás, guiris. ¿No hay sevillanos en Sevilla?

Termino de comer a las 14:30, y me vuelvo para mi piso en la Macarena... andando. ¿Por qué? Por que soy idiota supongo. Una hora después llego al piso... pero de nuevo nada. Todavía no habían llegado mis compañeros de piso. Pero en fin, podría ser peor.
Me acerco a una plazoleta junto a mi piso y me tumbo en un banco. Donde de nuevo me quedo dormido, a la vista de todos los vecinos que vuelven del trabajo o de recoger a sus hijos del colegio... "¡Madre mía cómo esta esta juventud!" Efectivamente, esta juventud está más tirada en la calle que una colilla.

Me despierto a la media hora y me voy, andando, a la facultad. ¿Cuántos kilómetros he hecho ya? Los suficientes para que me den otra vez la Compostelana del Camino de Santiago.
En la facultad, como no tenía nada que hacer me pongo a leer un libro de programación C C++ y aprendo algunos trucos.
Soy el único que está en la facultad. Todos los demás están en el macrobotellón, o camino de sus pueblos... o en sus casas. Y yo... en fin, empiezo a agobiarme un poco. Pero podría ser peor... ¿o no? Por que, ¿y si mis compañeros de piso se han ido para su pueblo ya? Dios mío ya me veo durmiendo debajo de un puente...
A las 7 de la tarde me vuelvo al piso, casi desesperado. Súper cansado. Con muy mala cara. Pero en autobús.
De camino al piso, me parece reconocer una figura en la lejanía... ¡Sí! ¡Es mi casero! Al que no veía desde hacía un mes por lo menos. ¡ESTOY SALVADO!
Cuando hablo con él le cuento que me he quedado sin llaves, pero por supuesto obvio que llevo todo el día pegando bandazos por Sevilla. Él amablemente me deja sus llaves... luego las recogería.
Entro en casa y... MIS COMPAÑEROS DE PISO NO ESTÁN... ¿Qué clase de hecatombe mundial ha acabado con ellos?
Media hora después, un compañero de clase, me llama para tomar algo en el centro... ¿El centro...? ¡Pero si yo he estado esta mañana ahí! Eso está a tiro de piedra, me voy andando...
Es característico en mi, la poca habilidad para calcular distancias, solo comparable a mi poca habilidad para orientarme en ciudad. Me pierdo. Me llevo casi hora y media andando hasta que doy con el sitio. No hay sillas. De pie. Unas cuantas copas. Después vamos a tomar un mojito... y termino por reventar.
De vuelta, andando hasta mi casa. Las dos de la mañana. Me como un paquete de salchichas y envío un par de correos locos, mientras me río pensando en el día de hoy...
¿A la gente normal le pasan estas cosas? No claro la que no les pasa... ellos son normales.

Pero como ya sabéis, Sevilla da muchos golpes, pero más golpes da la vida...

Alfredo García


martes, 22 de febrero de 2011

Mi carrera universitaria II

De cómo aprobé Teoría de la Información con Francisco Sierra.

Francisco Sierra es el profesor de Teoría de la Información. A mi me gusta compararlo con un Tiranosaurios Rex. No es que sea un depredador come - hombres (oye que si lo fuera a mi plin... cada uno es libre).
No. El problema con este profesor es que a su clase asisten las 100 personas matriculadas en el primer día, pero entonces se produce una estampida masiva a las clases de Teoría de la Información de por la tarde.
Así que la clase pasó a tener solo 60 personas. Yo, como había visto Parke Jurásico pensé que lo mejor ante un animal de estas características era quedarse quieto... y así me quedé. El tiempo después de todo me dio la razón.

Se sucedieron las clases, con apuntes imposibles, miles de lecturas recomendadas y de vídeos muy poco interesantes.
Hay que hacer un inciso en la personalidad de este profesor:
Francisco Sierra Caballero es un gran profesor que para hacer más dinámicas las clases y que no sean solo hablando él, nos manda una serie de lecturas, sacadas todas ellas de un libro escrito por él. Y a pesar de todo, hace las clases más dinámicas poniéndonos vídeos de reportajes sobre él hablando de Teoría de la Información... Así que lo vemos en vivo, en texto y en la tele... TODO ÉL.

Empecé a estudiar para el examen una semana antes. Como un valiente. Un libro con apuntes que me había pasado mi colega el Rubén, que a su vez le había pasado una tal Alba. Me pillé dos libros de Mattelard de la biblioteca. Y me pegué una semana entera a tope con la cope estudiando. Justo antes del Lunes en que tenía el examen, tuve un fin de semana de curso de Responsable de grupo... así que a penas pude estudiar.

Cuando me presenté delante del examen, se me descompuso la barriga. El examen más complicado que he visto en mi vida. 5 preguntas cortas a las que había que responder al menos a tres bien para que corrigiera la segunda parte del examen, una práctica sobre la peli NETWROK.
Tan solo se habían presentado unas 36 personas a examen, y un buen numero de ellos se levantaron y entregaron en blanco la hoja. Así me encontraba yo.
Media hora pasé mirando al profesor, por si sus conocimientos pasaban a mi mente por los ojos.... pero nada. Pensé en entregarlo en blanco... pero me ensañaron a morir matando... y así hice.
Respondí a tres de las preguntas metiendo más historia que otra cosa... Como esas empanadillas que tienen mucho hojaldre y muy poca carne. Escribí simplemente lo que me sonaba, sin mucha esperanza.
Cuando hice la práctica puse en relación la película con la última ceremonia de los premios Globo de Oro, y sobre Ricky Gervais. ¿Por qué? Por que no tenía nada mejor de lo que hablar, y ya había hecho un comentario en relación con eso en el facebook de mi colega el Yeyo. Pensé, total, no lo va a leer... voy a meter palabras mal sonantes, como "polla", "Carajo" etc...

Había suspendido ¿y qué? Seguro que la mayoría también lo había hecho.

Cual fue mi sorpresa cuando comprobé que había aprobado, y no con un 5 o un 6... sino con la increíble nota de un 6,5 !!!. Digo increíble por que tan solo habían aprobado 8 personas y la nota más alta correspondía a "las gemelas" (auténticos cerebros con patas) y habían sacado un 7.
He aprobado con la segunda nota más alta de la clase, y empecé a estudiar una semana antes, no hice ninguna lectura de las mandadas por el profesor, y escribí en el examen como si fuera un Facebook. (Gracias Mark Zuckerberg).

MI CONSEJO DEL DÍA: LUCHAD TODOS LOS EXÁMENES, AUNQUE PENSÉIS QUE VAYÁIS A SUSPENDER. NO SABES CUANDO LA VIDA PUEDE DARTE UNA SORPRESA.

Y es que la universidad puede darte muchos golpes... pero más golpes da la vida.

Alfredo García

viernes, 18 de febrero de 2011

Idioteces

Hoy he vuelto a hacer una de mis idioteces...

Tengo por costumbre poner de tres a cuatro alarmas para levantarme por las mañanas: Una a las 6:15, otra a las 7:00, y una última in extremis a las 7:40.
Entro a clase a las 8:30 de la mañana todos los días. Al menos en teoría por que realmente siempre suelo llegar sobre las 8:45...

Hoy como es de costumbre ha sonado la primera alarma y me he dormido. Cundo me he despertado he visto el reloj y quedaba solo 30 minutos para empezar las clases. Me he vestido corriendo, he dejado la cama sin hacer, todo por medio, no he desayunado , tan solo me ha dado tiempo de coger un paquete de galletas María y un bote de natillas líquidas. Sin lavarme la cara he salido a la calle y quedaban solo 2 minutos para empezar las clases. Entre que llego a la parada de autobús, llega el autobús, y éste me lleva a la facultad, media hora.
NO LLEGO A CLASE.

En estos pensamientos estaba cuando salgo a la calle y veo que está oscuro. ¿Todavía no ha amanecido y son ya las 8:30? Algo no me cuadra.

Miro el reloj y veo que son las 7:30 de la mañana. Aún queda una hora para empezar las clases. Me parto el ojete yo solo y me voy tranquilamente a la facultad.
Llego por primera vez en mi vida a clase a las 8:00... Me tomo un café que me da la vida y sigo riéndome yo solo... (Todavía no había llegado nadie)
Tres cuartos de horas después empiezan las clases. Me he levantado hora y media antes de que empiecen las clases y al final entro cinco minutos antes...
En realidad me alegré por la estupidez.
Es curioso lo que se parecen las palabras estúpido y estupendo.

MI CONSEJO DEL DÍA: NUNCA SIGÁIS CONSEJOS MÍOS PARA DESPERTAROS TEMPRANO

Como ya sabéis, los despertadores dan muchos golpes en la moral... pero más golpes da la vida.
Alfredo García